Noche fatal…

Noche fatal…

Racing jugó un partido para el olvido, en muy bajo nivel colectivo e individual, y perdió 2-1 con Talleres (RE) en los 16vos. de final de la Copa Argentina. Otra vez el torneo resulta esquivo para La Academia.¿Habrá que pensar y afirmar que la Copa Argentina será por siempre un deseo insastisfecho? Racing, otra vez, se quedó en el camino de manera prematura de este certamen nacional que otorga plaza para Copa Libertadores, nuevamente ante un rival de división inferior a Primera y, aún más inquietante -por si lo anterior no bastara- con un funcionamiento general ausente de jerarquía, extraño para lo registrado en estos meses y para un equipo que llevaba siete victorias seguidas en diversas competencias. Talleres de Remedios de Escalada ganó de manera irreprochable, 2-1, con el gol de la victoria conseguido en el cuarto minuto de los seis añadidos, cuando la definición por penales surgía como lo más tentador para el rival.

No fue el Racing habitual. Porque la ventaja prematura de Talleres (RE) descalabró planes: si los de Escalada ya estaban preparados para friccionar de manera prematura, esa ventaja acentuó la tendencia y se combinó con un equipo, el de Gustavo Costas, sin el pulso de sus últimas actuaciones. Es cierto que antes y después del gol de Duré, el lateral derecho del adversario, Racing puso a Tello, el arquero, a trabajar con exigencia. Al menos en tres ocasiones pudo haber convertido, pero eso no modificó el concepto general: Racing no tuvo fluidez, equivocó al tomar los carriles internos, al no darle rapidez a la circulación -faltó cadena de pase a no más de dos toques- y en insistir con lanzamiento largos.

Y en la segunda parte el pozo se hizo más profundo a despecho del golazo de Maxi Salas para el 1-1 y de los nombres con peso que puso el DT para sacudir la imagen distorsionada (entraron Adrián Martínez, Carbonero, Baltasar Rodríguez, Solari…). Talleres se animó a contras más rápidas que lo acercaron al segundo gol (Molina metió una comba en el segundo palo y no alcanzó a empujar otro avance a fondo) que, a la vez, expusieron a un Racing confundido, sin contención, desorganizado y con desempeños individuales muy alejados de lo que ha sido este semestre (resulta arduo rescatar una presencia solvente; tal vez haya sido la de Salas por su empeño sin fisuras y su aporte en la red). El 1-1, a los 22 minutos, dejaba tiempo para hacer borrón y cuenta nueva. Pero sucedió lo contrario.

Cuando ya se adivinaba la tanda de tiros desde el punto penal, un remate sin riesgo aparente no pudo ser controlado por Cambeses y generó un rebote que Guzmán transformó en victoria al recibir un pase al centro del área chica.

Sólo queda esperar que haya sido un episodio aislado, aunque con la constante de una Copa Argentina siempre esquiva.

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