Alma fuerte

Alma fuerte

En un final para la angustia y la celebración, Racing le ganó 2-1 a Boca y cortó una serie de cuatro partidos sin victoroas. El equipo fue superior al rival, se puso en ventaja con el gol Vecchio en su regreso a Primera, pero sufrió el empate en el descuento. Con coraje y convicción, La Academia fue a buscar el triunfo en la última jugada y lo logró con un cabezazo de Sigali.
Como debe ser, Racing. Con coraje, con juego, con la convicción de la superioridad y del territorio conquistado y, claro, con la capacidad para sobreponerse a un golpe duro, como fue el empate en el descuento. Racing siempre fue más, con leve superioridad en la primera parte y, en especial, con control absoluto en el segundo capítulo.

Hubo una recuperación respecto del ritmo aplicado a la posesión respecto de las dos últimas presentaciones, en las que el control sin modificaciones de velocidad volvió inofensivo el dominio de pelota. Influyeron Nardoni, Moreno, Quintero y Rodríguez para que la bola se moviera a diferentes alturas, direcciones y con alteraciones en la cadencia. En casi 20 minutos, entre los 20 y los 40 del primer tiempo, Racing exigió a Romero y pudo haber marcado, en especial con un cabezazo de Moreno que Romero rechazó sobre el palo derecho, un disparo de Rodríguez resuelto de igual manera por el arquero y un cara a cara entre Martínez y Chiquito que el 1 frustró al tapar con sus pies. Boca, es cierto, fue profundo con los externos de su línea de cinco defensores (Weigandt y Saracchi) y llegó a inquietar con un toque del lateral derecho que rebotó en el travesaño y a través de un desborde de Briasco por izquierda que Janson, en el palo opuesto, resolvió ancho.

Los segundos 45 minutos ratificaron la supremacía, en la que Boca quedó reducido a una formación contragolpeadora. A Racing le faltaba -y este es un detalle que deberá anotar para corregir- llevar el patrimonio de la pelota a una mayor continuidad en las resoluciones cerca del arco rival. Hacía falta más remate para tanta circulación sin interrupción. Eso lo puso Emiliano Vecchio, regresado a Primera luego de su lesión ligamentaria. Si bien Boca había sumado un disparo de Ezequiel Fernández en el palo izquierdo de Arias, eso no suponía recuperación. El 1-1, ya en descuento, tuvo la cuota de desgracia, ya que la maniobra que culminó con el gol de Merentiel se había generado en un doble quite de Piovi, con rebote hacia atrás que Saracchi puso en centro al área chica.

Racing, de todos modos, jamás capituló. Fue, en esos términos, similar a los sucesos vividos ante Newell’s. Corazón caliente y cabeza fría fueron dosis exactas para buscar una pelota profunda por derecha, forzar la falta y disponer de un tiro libre servido por Vecchio para la cabeza del capitán. La notable ejecución de Sigali, con desmarque, carrera, salto y golpe, le dio a Racing lo que necesitaba. Y también merecía.

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