¡Nos vemos en la final!

¡Nos vemos en la final!

Racing se recuperó de un mal inicio, dio vuelta el resultado y venció 2-1 a Corinthians en la segunda semifinal (global de 4-3) para meterse en la definición de la Copa Sudamericana, donde enfrentará a Cruzeiro. Será el sábado 23 de este mes, en Asunción.
Imposible definir si el retorno a una final internacional, con Gustavo Costas en la conducción, representa una casualidad que establece una línea de continuidad con aquella que tuvo al actual DT como uno de los protagonistas en el choque con Cruzeiro en la Supercopa de 1988. El debate puede esperar. Lo concreto, lo tangible es el éxtasis por haber alcanzado el primer objetivo trazado este año: poner el nombre en la definición de la Copa Sudamericana, que será ante el equipo de Belo Horizonte, el 23 de este mes en Asunción. Racing jugó la semi de vuelta como corresponde en estas situaciones: con el carácter del que sabe que afronta una ocasión excepcional. Supo reponerse a un inicio con incertidumbre y desajustes hasta convertir un 0-1 en un 2-1 con pasaporte a la definición del torneo de Conmebol.

Las certezas se verificaron rápidamente. Por ejemplo, si el tridente Garro-Depay-Yuri Alberto es capaz de ensamblarse y progresar, Corinthians se fortalece en ofensiva. Racing le verificó otra vez: en los primeros seis minutos, el visitante había exigido un cruce estupendo de García Basso y convertido con pared entre sus dos puntas. Racing, además de la desventaja prematura, tenía otros problemas, como el pelotazo y el vértigo sin lucidez para avanzar, que hacían fácil la contención brasileña cerca de su arco.

Cuando se dio cuenta de circular, Racing pegó el zarpazo: porque construyó juego para forzar un penal y para reponer de inmediato un lateral que dio vuelta el resultado en el primer tiempo, en ambas ocasiones con Juanfer Quintero como definidor. Los pases filtrados que Garro seguía metiendo con exactitud y Arias frustrando con sus achiques obligaban a revisar ese aspecto, que en pies sensibles pueden lastimar. Pero eso no sucedió porque la formación de Gustavo Costas se volvió rocosa, sin fisuras, con un bloque compacto que ya no otorgó espacios para que Corinthians tuviera plataforma de lanzamiento y huecos para la recepción. De hecho, Racing tuvo alguna chance en réplica veloz, como en un zurdazo de Salas que pasó cerca del poste derecho.

Racing hizo lo debido: la final lo tiene anotado. El primer paso está cumplido…

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