No levanta cabeza.
Todo cuesta más que el doble… Porque la dotación se redujo por lesiones, porque hay una notoria merma en las producciones individuales y en el funcionamiento de conjunto. Y porque el equipo no soporta golpes prematuros. Entonces, con una desventaja en el amanecer de los 90 minutos, cualquier estrategia se desbarata sin demora. Otra vez, como ya le había sucedido en varias ocasiones en esta Liga (frente a Godoy Cruz, Gimnasia, Boca y Talleres), Racing -de repente- falló en defensa y tuvo que mover del medio. A los 4 minutos del inicio, una pelota larga, en contra del local, que no pudo se rechazada por Baltasar Rodríguez encontró a la última línea abierta: así nació un pique a fondo de Ronaldo Martínez y un centro al segundo palo que Valdivia cabeceó sin oposición.
El desarrollo, de inmediato, quedo a pedir a Platense, que con su despliegue, sus lanzamientos a cargo y fricción, se sintió a gusto. Racing fue la contracara: incómodo, sin circulación ni control para ordenarse a través del pase. Poco después, a los 23, un saque de arco que cayó en pasada la media cancha derivó en dos anticipos sucesivos (Quiroga a Sigali y Valdivia a Mura) y en el pase que Castro le cedió a Martínez para una definición de aire y de primera: el 2-0 se adivinaba arduo de sobrellevar…
No hubo reacción en el segundo tiempo y no porque no se haya intentado desde el banco. No hubo ensayo sin intentar: con chicos (Rodríguez, Saliadarre y Cabellos), con los grandes (Ingresaron Hauche, Cardona y Moralez), con los que no suman minutos desde el arranque (Galván y Fértoli)… Nada salió de manera favorable, al extremo de que apenas se cuenta un remate de Cardona como aproximación ofensiva en el segundo tiempo, lapso en el que Platense podría haber llegado mucho antes al 3-0. Porque el penal convertido por Servetto en el cierre estuvo precedido de ataques profundos de Schor, Taborda, Baldasarra y Maricich.
Racing debe reconfigurarse porque sobran indicios de que necesita una recuperación urgente. Un punto obtenido de los últimos 27 disputados en el certamen local y el arco con más goles recibidos (26, dos más que Arsenal), exponen defectos de inmediata solución.