Tenía reservada la última…
Racing le ganó 1-0 a Deportivo Riestra en el minuto 51, sexto de los siete añadidos, luego de una posesión permanente, ataque constante pero con poca fluidez ante un rival que resguardó su bloque defensivo como prioridad.
El tiempo traerá respuestas y determinará el valor de este triunfo. Sin embargo, hay algo que, más que anticipo, es una certeza: el 1-0 a Deportivo Riestra, en el minuto 51 de los 52 para completar el partido (el agregado, con corrección, fue de siete minutos), tiene pese específico. Porque, en la previa, Racing debía quedarse con los tres puntos por diferencias individuales, colectivas y el compromiso asumido para buscar la victoria. Y porque el 1-0, además, llegó sin turbulencias, cuando parecía que la posesión permanente (70%) no arrojaría efecto eficaz luego de un esfuerzo por caminos que no habían conducido al objetivo.
Una victoria como esta, también, templa el espíritu y señala que Racing también puede ganar con una nómina que no tuvo a Adrián Martínez, Johan Carbonero y apenas un puñado de minutos de Agustín Almendra. Y que puede hacerlo, también, sin un juego de alto nivel ni fluidez en la circulación.
El desarrollo fue previsible en amplio sentido: no se esperaba otra cosa que una postura conservadora en extremo de Deportivo Riestra, cerrado en su campo con línea de cinco defensores tres volantes, uno mediapunta (un exageración, en rigor) y un delantero que se paraba en mitad de cancha pero ocasionalmente partía para una contra. Un ejemplo basta: cuando dispuso de pelota parada –un vía de acceso a la zona ajena-, Riestra dejó cuatro jugadores (cinco, claro, con el arquero) en su zona.
La previsibilidad se daba, también, en lo que era necesario por parte de Racing: para quebrar tanta contención resultaban imprescindibles amplitud de campo, pase exacto, aceleración en tres cuartos de cancha y, como otro valor, ruptura mano a mano. Racing tuvo poco de eso, con Urzi y Baltasar Rodríguez como internos, con Martirena con tendencia a enganchar hacia adentro y apenas con Rojas como factor de apertura y profundidad. La posesión no garantizó desquilibrió, ya que recién en cinco minutos del primer tiempo hubo chances claras, con una pelota que Arce le tapó, cara a cara, a Salas y un remate externo de Rodríguez -un recurso poco ensayado- cercano al poste izquierdo.
En el segundo tiempo Deportivo Riestra reforzó su posición, con un par de remates desde posiciones lejanas como atisbos de ataque, y Racing siguió moviendo el balón a lo ancho, sin mucho desborde, con centros repetidos y pocas ocasiones nítidas salvo la de Santiago Solari que frustró Arce. Pero Solari, revulsivo en su ingreso, tenía reservada una más, que fue sutil por la definición y deliciosa por la asistencia de Salas… adecuada a un éxito que se disfruta.