Por la senda de la virtud

Racing hizo un juego ejemplar, dominó de principio a fin y goleó 3-0 a Argentinos Juniors, uno de los mejores equipos de este semestre. La ventaja, incluso, no fue mayor por el desempeño de Diego Rodríguez en el arco visitante.
Fue de lo mejor de este ciclo, por juego sostenido y por la calidad del rival, de los mejores de este primer semestre aún en curso. Porque Racing tuvo todos los atributos requeridos: presión alta y eficaz, que permitió recuperación alta y salida veloz; circulación en diferentes velocidades y con recorridos a lo ancho y a lo largo del terreno, y un vigor que impidió cualquier reacción de Argentinos Juniors, que de hecho se vio sometido a un estilo que le es propio para sacar ventajas.

Tal fue la supremacía que Rodríguez, con intervenciones notables –sobre todo en dos remates a Almendra- fue la explicación del 1-0 módico en función del desarrollo (un poste, que devolvió un disparo de Carbonero, también influyó en la diferencia, y tal fue el control que Argentinos Juniors apenas apreció en ataque con pelota por aire, como en un cabezazo de Lescano que se perdió junto al poste derecho.

En la segunda parte, Argentinos buscó reajustar con cambio de esquema: dejó el 4-3-3 y asumió un 3-4-3 para equilibrar la zona donde Racing había encontrado su plataforma de gestación. El ensayo pareció eficaz, pero se diluyó en cuanto Racing subió a Rojas al medio como balance. Además, la expulsión de Álvarez, un par de minutos del cuarto de hora de reinicio, desbarató cualquier resistencia. Pero no fue por la inferioridad en número, sino porque Racing ratificó las virtudes que ya ha mostrado en otras ocasiones, pero sin caídas de tensión ni fisuras en 90 minutos.

Este Racing es el que emociona y convence.