Papelón contra Talleres

Racing, con una formación con masivas ausencias, perdió 4-2 con Talleres en una presentación con muchos matices. No estuvo acertado en defensa, quedó en desventaja de manera prematura, pero se puso a un gol del empate (2-3) en la mitad del segundo tiempo. Asumió riesgos, fue por la igualdad y se expuso a las contras de un rival con poder ofensivo.

 

Fueron dos golpes excesivos antes de los primeros 25 minutos que condicionaron todo el resto, desde lo obvio –el resultado- hasta la soltura de movimientos. Porque los dos goles que Talleres convirtió, a los 4 y 23 minutos, surgieron de pelotas mal jugadas, de pases imprecisos hacia atrás que tomaron al equipo saliendo en defensa y a los cordobeses con espacios para replicar en velocidad. Primero le tocó a Hauche en una cesión que no alcanzó Avilés y derivó en un pase de Garro a Santos para una definición exacta. Y después a Insua, con Racing parado casi en mitad de cancha, en un toque del que nació una contra de Garro, un disparo que tapó Arias y un rebote que sirvió para que Santos, otra vez preciso, metiera el 2-0 de primera.

Talleres, una formación veloz, con buen pase e individualidales de jerarquía, ya era un rival exigente en condiciones normales. Su fortaleza se potenció con el contexto de este cotejo, con ventaja prematura y espacios, y un Racing con lo puesto por las masivas ausencias entre lesionados y un suspendido (Nardoni). El inicio del segundo tiempo profundizó la tendencia con el gol de Valoyes, luego de una pared con Santos, para el 3-0.

Racing dejó en claro su compromiso por torcer una panorama en extremo complicado con dos goles en 12 minutos, entre los 8 y los 20, con un zurdazo estupendo de Pillud (colgó la pelota arriba en el palo derecho) y otro de Oroz. Hasta pudo haber puesto el 3-3 con un disparo de Baltasar Rodríguez, desde posición cercana, pegado al primer palo de Herrera. Sin embargo, era notorio que asumir riesgos en procura de un empate épico llevaba la posibilidad de un mayor desequilibrio en campo propio. Una pelota ganada por Valoyes casi en zona central terminó en una carrera y una infracción de Sigali que se transformó en penal acertado por el colombiano. A poco más de 15 minutos del cierre parecía sentencia. La diferencia pudo haber sido más amplia, pero Talleres mostró imperfecciones en ocasiones nítidas, con el arco a disposición.

Las presentaciones de Baltasar Rodríguez y Catriel Cabellos, 106° y 107° de los debutantes procedentes del Predio Tita, sirvieron para promover la esperanza de que es necesario ponerle el pecho a la adversidad, con la convicción de que pronto llegará la recuperación.

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