No importa en qué cancha juguemos
Racing tuvo que mudarse a cancha de Lanús en el cierre de la fase de grupos de la Copa Sudamericana, pero el cambio de escenario no modificó su poder ofensivo: goleó 3-0 a Sportivo Luqueño, se aseguró el primer lugar de su zona, quedó como el mejor de todos los líderes y pasó a octavos de final, que empezarán a mitad de agosto.
¿Mudanza arbitraria a cancha de Lanús? Pues Racing fue, ganó y volvió a Avellaneda con el primer puesto asegurado en el Grupo H de la Copa Sudamericana. El 3-0 a Sportivo Luqueño, en el cierre de la fase de zonas, lo dejó como el líder de mejor rendimiento (15 puntos, 14 goles a favor y apenas 3 en contra) y lo depositó en octavos de final sin necesidad de repechaje. El primer paso está garantizado; después de la Copa América, a mitad de agosto, llegará la etapa de cruces con los que resulten vencedores de los playoff entre los segundos de los grupos de Sudamericana con los terceros de los de Copa Libertadores.
Racing tuvo la determinación de aquellos que confían en sus recursos y asumen el compromiso de imponer formas y controles. Entonces, no demoró en marcar diferencias que fueron más de allá del cabezazo goleador de Adrián Martínez antes de los 10 minutos. El equipo de Gustavo Costas dictó los tiempos y llevó la pelota a campo de Sportivo Luqueño, que quedó reducido a un par de intentos para progresar a espaldas de los volantes locales. Eso no prosperó porque la defensa achicó bien y ese fue un punto de partida: a la recuperación salía de inmediato un ataque veloz que superaba la protección de los paraguayos. Así sucedió en el 2-0, con asistencia larga de Nardoni para Salas y zurdazo de sobrepique. Antes y después Aguilar fue motivo para que Racing no sacara más distancia, como un cabezazo que le tapó con el pecho a Di Césare o un cara a cara con Martirena, al que le frustró el festejo con las rodillas.
La tendencia se acentuó en la segunda parte, aunque mantuvo un aspecto influyente: Aguilar se renovó como dique contra la goleada, que pudo haber llegado de inmediato en la reanudación. Pero el arquero paraguayo otra vez fue muralla contra Salas dos veces y cuando no puso su cuerpo fue un palo el motivo de la celebración ahogada, como en un remate de De Césare desde posición externa. El penal convertido por Roger Martínez -la falta fue a Martirena, en otra producción destacada- ajustó resultado a goleada, una costumbre que Racing no quiere dejar.