Lisandro entró y le cambió la cara al equipo
POR JUAN D’AQUILA
Racing venció a Estudiantes de Mérida por 2 a 1 con goles de Melgarejo y Rojas pero no alcanzó para liderar el grupo en la Copa Libertadores de América. La Academia no jugó un buen partido que cambió con el ingreso de Lisandro López y Juan D’Aquila punteó individualmente a cada jugador.
Gabriel Arias (5): Podría haber hecho algo más en el tanto del empate del equipo venezolano.
Iván Pillud (6): Lo atacaron poco y nada. Llegó a posición de gol pero no pudo rematar de buena forma.
Nery Domínguez (5): No sufrió en la marca pero, llamativamente, estuvo errático a la hora de salir desde el fondo.
Leonardo Sigali (5): Perdió en el juego aéreo en el empate de Estudiantes. Firme en varios cruces en el complemento con el equipo volcado en ataque.
Eugenio Mena (5): Participó poco. No resolvió bien cuando llegó a zona de influencia.
Augusto Solari (4): Las pocas veces que entró en juego no logró generar peligro. Generalmente las terminó mal.
Leonel Miranda (5): A diferencias de otros partidos, nunca pudo hacerse eje y manejar los ataques de Racing. Se lo vio algo incómodo.
Marcelo Díaz (5): Tuvo un error que provocó un contragolpe peligroso del rival. Salió cuando promediaba el segundo tiempo.
Lorenzo Melgarejo (3): Es cierto que hizo el primer gol, pese a que tuvo la colaboración del arquero rival. Pero en el desarrollo del juego fue de lo peor del equipo. Lento, impreciso y displicente. Deberá cambiar si quiere adaptarse rápido al fútbol argentino.
Héctor Fértoli (2): No se sacó un rival de encima, no fue incisivo y nunca generó peligro. Para colmo tiró el penal a la tribuna. No debe ser titular.
Nicolás Reniero (4): Participó poco y las que tuvo no logró aprovecharlas. De todas formas fue más una víctima que un responsable.
Lisandro López (7): Con pocos minutos le alcanzó para demostrar que no puede estar nunca afuera de este equipo. Gran pase a Melgarejo en la jugada del primer gol.
Matías Rojas (7): Anotó el segundo tanto con un espectacular tiro libre. Inentendible que pierda tiempo festejando cuando el equipo necesitaba otro gol para ganar el grupo.