Ganó sobre el final
Sin el brillo habitual, el triunfo 1-0 ante Platense, en tiempo de descuento, deja enseñanzas de valor: el equipo jamás dejó de buscar la victoria y supo adaptarse a un contexto de fricción que el rival propuso en el medio y a un terreno imposible para construir juego fluido.
El triunfo en el último instante, en los segundos finales del tiempo añadido, tiene un valor más allá de añade el séptimo eslabón a la cadena de éxitos y de la ratificación del equipo como líder en el Grupo A de la Copa de la LFP con el mejor puntaje de las dos zonas. El 1-0 con el tiro penal convertido por Edwin Cardona confirma que las convicciones no ceden, ni siquiera cuando el equipo luce incómodo por un desarrollo sin la fluidez habitual.
Racing nunca dejó de creer en la victoria y las pruebas lo avalan. A 30 segundos de la terminación, Nery Domínguez podría haber tomado una decisión más conservadora (pase lateral, un toque atrás… cualquier opción que llevara a consumir el tiempo menguante). Pero el volante central le metió la calidad habitual a una cesión profunda que encontró, profundo, a su tocayo Fabricio -Fernando Gago lo ubicó de volante externo por derecha, en reemplazo de Facundo Mura, y Racing se paró con tres defensores cuando le tocó la posesión-, que ganó en el mano a mano y, con pelota al pie, llegó hasta el fondo. El Domínguez uruguayo no sucumbió a la urgencia: evitó el centro apurado, penetró y colocó la bola hacia el área chica. El cierre exigido de Lamberti, para evitar la definición de Enzo Copetti, hizo que el balón diera en el brazo izquierdo de Andrade, abierto en exceso. La revisión del VAR ratificó la primera impresión: penal y gol.
Otra enseñanza recogida fue la de haber sabido adaptarse a las circunstancias de un contexto de fricción, con el rival achicando en su campo -en el primer tiempo se refugió cerca de su arco y en el segundo obturó en el medio- y un piso que resultó una dificultad creciente porque, por sus desniveles, obligó a controles con dificultad, que requirieron dos o tres tiempos y fueron obstáculos para una pelota lisa.
Sin tanta generación (las ocasiones nítidas fueron un desborde de Cardona por derecha que Lamberti cortó en el área chica y un cara a cara que De Olivera le tapó a Javier Correa), el mérito de Racing radicó en la firmeza en defensa, apenas alterada en el primer cuarto de hora, y la determinación para buscar hasta el último instante. Así se hace…