Fecha de nacimiento: una ventaja en la etapa de formación
La fecha de nacimiento es una ventaja para los juveniles en edades clave de su formación. Una tendencia mundial que se refleja también en la cantera de Racing.
La naturaleza exportadora del fútbol argentino se incrementó en los últimos años como respuesta a las necesidades económicas de los clubes y a las demandas del mercado. Los futbolistas debutan cada vez más jóvenes, para luego ser vendidos rápidamente como promesas a clubes que saben que en Argentina van a encontrar talento más barato que en Brasil y de mayor calidad al del resto de las ligas sudamericanas. Pasado un 30 de junio en el que muchos contratos no fueron renovados, el impacto de la pandemia en las arcas de los clubes argentinos dibuja un horizonte con muchos más juveniles en los planteles de primera división.
En Racing, formación y venta son palabras santas: desde que el club recuperó la democracia en 2008, vendió por una cifra cercana a los 65 millones de euros a un total de 14 jugadores surgidos genuinamente del predio Tita Mattiussi. Casualmente, el último gol del equipo de Beccacece antes de que estalle la ola de contagios de Covid-19 lo convirtió Carlos Alcaraz, de 17 años. El entrenador trabaja con un grupo de 18 sparrings a la par del plantel profesional, aspecto clave para Diego Milito a la hora de elegirlo para el cargo. Los juveniles son una pata fundamental del proyecto deportivo del club y en su cantera existe una tendencia muy marcada que muestra como los futbolistas, en etapas de formación, sacan ventaja a partir de una característica congénita: la fecha de nacimiento.
De los 176 futbolistas que componen las categorías juveniles de Racing, 76 nacieron en el primer trimestre del año (43%) y solo 15 lo hicieron en el cuarto (8%). El segundo y el tercer trimestre cuentan con 50 (28%) y 35 (19%) jugadores, respectivamente. “No es casualidad, los chicos nacidos en los primeros meses del año tienen una ventaja tremenda”, avisa Luis Santiago, ex seleccionador de la Región de Galicia (España) sub-18 y referencia a la hora de hablar de formación. Entre los 12 y los 16 años, el cuerpo del futbolista se encuentra en plena etapa de desarrollo, la famosa edad del “estirón”. “Un chico nacido en enero le lleva prácticamente un año de diferencia a uno de diciembre, y en edades en las que aún no terminaron su crecimiento (talla, peso, masa muscular) los mayores se destacan por sobre sus compañeros (que también son rivales)”, explica Luis. Miguel Gomis, coordinador general de las juveniles de Racing con más de 20 años de trayectoria, no solo coincide con Luis, sino que también agrega una experiencia personal: “Conocí gente en el ambiente que fichaba solo a los chicos de los primeros tres meses del año para sacarle ventaja a los demás equipos y ganar partidos”.
A esta diferencia de edad entre chicos de una misma categoría se la conoce como Edad Relativa, y a las consecuencias que de ella se derivan Efecto Relativo de la Edad (Relative Age Effect –RAE–). Hace más de una década, el periodista y sociólogo ingles Malcolm Gladwell estudió para su libro “Outliers (por qué unas personas tienen éxito y otras no)” el RAE en el hockey sobre hielo y descubrió que en los equipos de elite de la liga canadiense los jugadores nacidos entre enero y marzo representaban el 40% de la totalidad. La tendencia se repite: a la hora de tomar decisiones, los entrenadores -de cualquier deporte y en cualquier lugar del mundo- se inclinan por los jugadores más maduros, física y psicológicamente. A la vez, y no por coincidencia, el RAE se hace más presente en las edades en las que más abandonos se registran en la actividad deportiva. “Lo más normal es que los chicos dejen de jugar cuando sienten que los entrenadores prefieren a otros, que no son valorados o que el esfuerzo no alcanza”, explica Hermes Desio, ex coordinador de las Selecciones Juveniles de Argentina.
Santi Expósito es un reconocido entrenador de juveniles español, con experiencia en las canteras de Real Madrid y Atlético Madrid. En su libro “Los pilares del Fútbol Base” explica que el RAE tiende a reducirse con claridad a partir de los 19 años. Sin embargo, a esa altura gran parte del daño producido por los efectos de la edad relativa ya es irrecuperable. “Muchas veces no da el tiempo para equilibrar. A la ventaja madurativa se le suma el escaparate, la posibilidad jugar en Selección, etc. Los demás tienden a abandonar”, explica Luis Santiago. En el caso de Racing, de los últimos 10 jugadores que debutaron en primera división, siete son nacidos en el primer semestre del año. En su libro, además, Expósito aporta una explicación de por qué el RAE deja de existir a nivel profesional: “El jugador que ha estado apoyándose en su superioridad física tiene muy difícil sobrevivir en el fútbol cuando esa ventaja madurativa ya no sea determinante (a partir de los 19, aproximadamente) y entonces se le pida algo más”. Por otro lado, los nacidos en la segunda mitad del año que logran alcanzar estas edades pese a haberse visto en una desventaja evolutiva, se supone que tendrán capacidades técnicas notables que les permitan equilibrar sus deficiencias físicas. “Yo creo que al final todo se equilibra. Y los chicos más inteligentes son los que triunfan, los que tuvieron que desarrollar la inteligencia para competir pese a las desventajas físicas”, agrega Gomis. Un dato que apoya la teoría: de los quince jugadores nacidos en el último trimestre que tiene Racing, nueve ya juegan en reserva.
En Argentina, el sistema de competencia de los campeonatos juveniles no ayuda. Se juega durante un año y en seis categorías diferentes conformadas por jugadores agrupados por año natural (de Novena a Cuarta). De esta forma, un chico nacido en enero será el mayor de su categoría durante seis años consecutivos y en edades clave, donde la ventaja madurativa es más fuerte. Es cierto que, por lo general, los chicos que más se destacan suelen saltearse categorías, pero no todos se ganan ese privilegio, lo que puede generar desmotivación en los demás. En España, las categorías del fútbol base se agrupan de a dos o tres edades, desde los cinco hasta los 18 años (prebenjamines -5,6 y 7 años-, benjamines -8 y 9-, alevines -10 y 11-, infantiles -12 y 13-, cadetes -14 y 15- y juveniles-16,17 y 18-). De esta manera, en cada promoción de categoría, los chicos pasan de ser los mayores del grupo a ser los menores.
“Por lo general, te dicen que de 100 chicos llegan tres”, dijo Diego Milito, mánager de Racing. La consecuencia negativa del efecto de la edad relativa en la formación de jugadores es la fuga de posibles talentos justificada a partir de un desarrollo tardío de capacidades físicas (sobre todo) y madurativas. “En España intentaron buscar una solución cambiando el calendario de competición de septiembre a septiembre, pero no hubo muchos cambios”, cuenta Desio. Expósito apunta que una buena alternativa podría ser que las federaciones exijan a los clubes tener una cantidad determinada de futbolistas nacidos en cada uno de los trimestres del año. Por su parte, Luis Santiago considera que una forma de equilibrar el nivel sería que los chicos más destacados suban a jugar con futbolistas de categorías mayores para tener que esforzarse más. Y además agrega con tanto humor como razón: “Otra solución sería fijarse en los más altos de los buenos y no en los más buenos de los altos”.