DERROTA 2-0 VS GODOY CRUZ
El primer tiempo fue cuesta arriba desde el inicio, un indicio instantáneo de lo que llegaría con los casi 100 minutos restantes. Porque al detalle determinante de la desventaja a los 52 segundos (combinación exacta entre Fernández, Arce y Conechny que culminó con desborde por izquierda y pase atrás para el remate del ex San Lorenzo) se agregó la estrategia aplicada por Godoy Cruz y un campo de juego impresentable que añadió otro obstáculo para la circulación a la que Racing acostumbra. Con asignaciones de marca en mitad de cancha por parte del local, al equipo de Gago le costó encadenar circulación y mover la pelota para encontrar el hueco y momento exacto para la descarga. Entonces, los ataques se redujeron a los lanzamientos para Carbonero, capaz de desequilibrar en el mano a mano. Pero el colombiano cayó tres veces en offside y, cuando pudo evitarlo para recibir un lanzamiento de Piovi desde 30 metros, resolvió ancho ante Rodríguez. La contención costó sobre la banda izquierda, donde los mendocinos, en el comienzo mencionado y en los últimos cinco minutos de la etapa de apertura, generaron desequilibrio porque pudieron establecer superioridad numérica.
La reacción tampoco apareció en la segunda parte, en la que en 12 minutos Godoy Cruz ya contaba con dos chances nítidas y un gol más, consecuencia de un tiro libre ejecutado a media altura por Salomón Rodríguez que penetró una barrera abierta de manera inoportuna cuando salió el disparo. El Tomba podría haber sacado incluso más luz, pero entre deficiencias en el último toque y notables respuestas de Arias, la diferencia quedó conservada. Racing, con grietas anchas en el fondo, desorganizado y con pase ausente -dio una imagen que se remonta a mucho tiempo- se reflejó en su caudal de ataque, con apenas dos ocasiones nítidas: la mencionada de Carbonero y un zurdazo externo de Rojas que exgió al arquero de Godoy Cruz.
Poco quedó para la sonrisa, porque hay que agregar la lesión en la rodilla derecha de Leo Sigali (recibió un golpe luego de un choque con un rival) y un gol anulado a los 36 minutos de la segunda parte que podría haber servido de estímulo anímico. Sin embargo, el estupendo cabezazo de Galván fue invalidado por intervención del VAR, que detectó un hombro adelantado por milímetros: un absurdo en una tarde para olvidar ya mismo…