De principio a fin

Racing le ganó 3-0 a Godoy Cruz en una demostración de autoridad y buen juego. Tuvo pleno dominio en los 90 minutos y selló la victoria con un golazo luego de una combinación a puro toque.
Fue la combinación exacta de velocidad y precisión con el añadido de un terreno que estimuló esa conexión virtuosa. Con presión alta en bloque y las líneas apretadas hacia adelante, Racing se aseguró la posesión y le dio un uso virtuoso a la pelota. Usó todo el terreno en su amplitud, con Agustín Almendra como eje de la circulación, y supo cambiar de sentido para aprovechar las bandas, con los dos laterales proyectados y los extremos desequilibrantes, Por eso el 2-0 del primer tiempo con los goles de Adrián Martínez y Johan Carbonero hasta pareció breve en función de la supremacía establecida.

No hubo mayores cambios en la segunda parte porque Racing estuvo lejos de aflojar e insistió en su voracidad, con un toque gourmet. El 3-0, con definición de Gabriel Rojas, tiene chapa para la galería de las mejoras obras de este año. Fueron siete toques, de la banda izquierda a la derecha, que concluyó con una pared entre Gastón Martirena y Carbonero, con asistencia del uruguayo al lateral izquierdo para un zurdazo al segundo palo.

Racing tuvo brillos y reflejos de sus mejores momentos, incluso de aquel duelo de Copa de la Liga frente a los mendocinos que concluyó en derrota. Esta vez, a diferencia de aquel suceso insólito, el resultado tuvo plena coherencia con el desarrollo.