Así se juega un clásico

Así se juega un clásico

Racing perdió 1-0 en su visita a Atlético Tucumán, a pesar de haber generado ocasiones para convertir, y no pudo aprovechar la fecha favorables por los resultados ajenos. Así, sigue sin poder acercarse a la punta.
¿Racing debó haber regresado de Tucumán con al menos un empate? Sin dudas: las situaciones provocadas en el área de Atlético Tucumán y las respuestas de Durso, arquero local, para frustrar chances nítidas, dan testimonio de que la derrota 1-0 lejos estuvo de reflejar el contexto. Pero también es verdad que Racing aún no es capaz de desprenderse de su irregularidad, de que no puede hilvanar victorias y de que un contratiempo en el marcador lo conduce, casi de manera inevitable, a la derrota como confirma cada caída en este 2024. De esta menera, la pelea por la punta en la Liga y, por extensión, el avance en Copa Sudamericana, entrar en incertidumbre.

No pareció adecuado al desarrollo lo que arrojó el primer tiempo. Atlético Tucumán se puso arriba en la segunda de las situaciones que supo generar en ese lapso y el 1-0 no guardó demasiada coherencia con modos y duración de dominios. Racing, aun con irregularidades, le dio más claridad a su juego, sobre todo con la conducción de Quintero y, en especial, con el desequilibro que marcaba Roger Martínez como delantero de punta. Antes de que se quebrara el empate (fue incorrecto el cierre de Mura, que le dio chance de definición a Tesuri), Racing había gestado con circulación, en la que también participaba Almendra, y con los disparos de Juanfer. El volante pudo haber convertido tres veces, dos con ejecuciones directas de córner; a Roger le tocó en un par de ocasiones (un mano a mano y un cabezazo, ambos con asistencia de JFQ) y Baltasar Rodríguez, en el cierre, podría haber puesto la paridad que correspondía con un derechazo apenas desviado. Cinco de las seis chances sucedieron en los primeros 20 minutos. El 1-0 llegó diez minutos después para alterar lo que se asumía bajo control.

En el segundo período, las referencias a la mala suerte -en general, una excusa hueca- se volvieron audibles… En el inicio, un perfecto derechazo de Mura, desde afuera del área, acabó en el palo derecho; luego, una pared entre Almendra y Roger Martínez transformó al 1 tucumano en superhéroe con atributos para volar y sacar arriba la definición del volante. Racing, otra vez, terminó con superpoblación ofensiva, pero sin eficacia. Una historia repetida…

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