EMPATE FRENTE A TIGRE (2-2)
Más allá del empate en dos, luego de haber estado en ventaja en un par de oportunidades, Racing mejoró respecto de sus presentaciones en las primeras fechas. Sobre todo en el primer tiempo tuvo control y juego ante un rival exigente como Tigre. En el segundo, el dominio fue repartido.
Hubo una mejora sostenida en el primer tiempo respecto de las dos producciones anteriores, ante Belgrano y Argentinos. Por circulación, control de juego y generación ofensiva, Racing marcó dominio sobre Tigre y eso se tradujo en una mayor proporción de situaciones para convertir. El único quiebre, esporádico, tuvo el infortunio para Racing de que se produjo a poco del 1-0 (centro perfecto de Gabriel Hauche para el cabezazo de Maximiliano Romero).
A los 14, tres minutos después, un centro en córner derivó en un cabezazo que se desvió en Leizza y eso obligó a Gabriel Arias a volver sobre sus pasos. Gaby pudo manotear la pelota sobre la línea, pero al VAR le llevó cinco minutos determinar esa jugada como gol. Fue casi la única aproximación seria del visitante, mucho menos que las que después obtuvo Racing, sobre todo por el desequilibrio de Matías Rojas sobre la derecha y en su carrera cortando la cancha hacia el centro. Un ataque que no llegó a empujar Romero y una doble tapada de Marinelli a Rojas y a Maxi Moralez fueron indicios del dominio sin traducción en la red.
Y en el segundo la tendencia pareció afirmarse en el inicio, algo que se verificó con el gol de Hauche a los 4 minutos. Pero otra vez no se pudo afirmar la tendencia positiva, porque a los 10, Retegui martilló en el área chica luego de haber recibido la pelota en un cruce defensivo. Desde entonces, si bien Racing pudo haber desnivelado en un par de ocasiones mediante Romero, Tigre se pareció mucho más al rival exigente que suele ser, con amplitud en los avances y posesión en la zona media.
Fue un paso adelante, pero con la certeza de que aún falta firmeza.
