De la mano de Arias: UNO X UNO ANTE FLAMENGO
Racing consiguió una clasificación heroica en el Maracana derrotando a Flamengo 5 a 3 en los penales tras igualar por 1 a 1 en los 90 minutos.
Gabriel Arias (10): Fue el gran sostén del equipo y evitó en reiteradas ocasiones el gol del equipo local. Además atajó el penal que le permitió clasificar a Racing. Fue la figura excluyente de la noche carioca.
Fabricio Domínguez (7): Le tocó volver a marcar al jugador más peligroso del local y se la re bancó. Luego de haber errado el penal en Tucumán tuvo la merecida revancha y definió la serie con mucho coraje.
Leonardo Sigali (7): No venía jugando de la mejor manera pero demostró que está hecho para grandes citas. Anotó el 1 a 0 parcial y ejecutó perfecto su penal.
Nery Domínguez (6): No pasó demasiados sobresaltos, más allá que el equipo brasileño nunca dejó de atacar. Se retiró a poco del final con una molestia física.
Alexis Soto (5): Cometió dos errores graves que no terminaron en gol del rival de casualidad. Con el correr de los minuto se fue acomodando.
Eugenio Mena (6): Nunca de deja tirado. Sabe jugar estos partidos y lo volvió a demostrar.
Lionel Miranda (4): Corrió mucho pero generalmente sin encontrar la pelota. Fue una víctima de salir a jugar con un mediocampo muy poco poblado.
Matías Rojas (3): Lo único positivo de su noche fue que ejecutó de muy buena manera el penal. Durante los 90 minutos fue el peor jugador de la cancha y Racing lo sufrió.
Héctor Fértoli (4): Casi no tocó la pelota. Por dar una mano en defensa cada vez que el equipo recuperaba el balón quedaba muy lejos del arco rival.
Lisandro López (7): Maneja todo. Entiendo cuando acelerar y cuando hacer tiempo, cuando exigir y cuándo transmitir calma. Y en la Copa es fundamental tener jugadores así. No le tembló el pulso y clavó en el ángulo su penal. Todo Racing detrás del capitán.
Nicolás Reniero (3): Salió antes que finalice el primer tiempo. Por momentos no ayudó demasiado en la presión y el equipo lo sufrió.
Carlos Alcaráz (6): No le pesó el contexto ni la situación, y entró a jugar con personalidad. Ni se inmutó a la hora de ejecutar su penal, a pesar de tener 18 años recién cumplidos.