“No le doy mucha bola a la altura”

“No le doy mucha bola a la altura”

“Me decían Bernardo, como el ayudante del Zorro, porque no hablaba, ja”. Así se presenta Federico Escobar, arquero de Racing categoría 2000, a quien ya no le faltan las palabras sino que tiene las justas y necesarias para pararse abajo de los tres palos y empezar a responder todas las preguntas que le patean.

“Un arquero debe tener mucha comunicación, porque es el que ve todo desde atrás y tiene que ordenar “, asegura el joven oriundo de Lanús, quien advierte que ya no tiene ese “problemita” del habla porque con la madurez ganó mayor confianza.

A diferencia de otros juveniles, nunca le faltó nada en su casa y no tuvo que salir a buscar el mango afuera. Antes de llegar a La Academia, pasó por River y Argentinos Juniors. Siempre le gustó salir del arco para estar más en contacto con la pelota. Sin embargo, en esos primeros pasos, le dijeron que sea arquero o que se dedique a otra cosa. Así y todo, nunca perdió el encanto por jugar y, gracias a eso, adquirió una de sus máximas virtudes: el juego con los pies. “Si tuviera que elegir, jugaría de 5”, admite sin dudar Escobar,  más allá de que se siente un arquero con todas las letras. Y sí, no se calla nada. Ya no es Bernardo.

¿Siempre al arco?

No, me gusta jugar todavía, ja.

¿De qué jugabas?

En baby, donde me ponían. Si tuviera que elegir, jugaría de 5. Lo que pasa es que empecé jugando y, a medida que íbamos siendo más grandes, había que elegir un puesto. Entonces como veían que me tiraba para todos lados y no le tenía miedo a la pelota, me mandaron al arco.

¿Dónde arrancaste?

Primero, un técnico del baby (9 de Julio, Barrio Obrero) me llevó a River. Estuve una semana y ahí ya empecé a atajar porque me acuerdo que el entrenador era un gordo grandote que me dijo “si no sos arquero, dedicate a otra cosa”. Entonces ya quedé en el arco. Como me quedaba muy lejos, no fui más. Después estuve un año en Argentinos Juniors y pasó lo mismo: como el DT del baby (José Correa), que era el que me llevaba, no lo podía hacer más, no seguí yendo. Y a mi viejo también se le complicaba.
Entonces, más adelante, con el club de barrio jugamos un amistoso contra Monchi, contra el baby de Racing. Y ahí nos llamaron a 3 compañeros y a mí.

¿Qué te acordás de esos tiempos?

Monchi es una gran persona y un gran entrenador. Siempre nos hablaba y nos cagaba a pedos, y eso ayudó mucho.

Por él y por mi DT del baby estoy acá en Racing. Me acuerdo que a los campeonatos del interior siempre íbamos 3 arqueros. Y como sabían que me gustaba jugar, rotábamos y casi siempre salía del arco.

El juego con los pies, ¿se entrena o es algo que ya nace con uno?

Sí, se entrena todos los días, aunque sea boludeando. Pateo bastante. A veces pongo a un compañero y arranco a darle con las dos piernas para mejorar.

¿Saca ventaja el arquero que sabe jugar con los pies?

Creo que sí. Porque, además, con una buena pegada hasta podés sacar una contra que te defina un partido.

¿A qué arqueros mirás?

Me gustan Ter Stegen y Ederson.

¿Siempre te tocó jugar en inferiores?

No, en infantiles iba siempre al banco. Después, en Novena, arranqué de titular pero sobre el final del torneo no terminé atajando. Lo mismo en Octava y Séptima. Siempre empezaba bien y terminaba mal. Hasta que en Sexta o Quinta ya me acomodé.

¿Pensaste en dejar en algún momento?

Sí, en Novena creo que fue. Me salían mal las cosas, me equivocaba y perdían por mi culpa. Pero era muy chico y sabía que iba a pasar. Era más calentura del momento.

En ese sentido, el puesto de arquero es complicado…

Sí, es muy ingrato. Tapás 10 pelotas pero te comés un gol y quedás como el peor.

¿Eso es algo que se tiene que trabajar?

Tenés que ser fuerte de la cabeza, sí. Olvidate.

¿Están un poco locos los arqueros? ¿Vos te sentís así?

No sé si me siento tan loco, ja. Quizás un poco sí.

¿Quién te ayudó en tu crecimiento?

Hubo muchos, pero uno que me ayudó mucho fue Claudio Medina, que falleció hace poco. Todo lo que sé, me lo enseñó él.

¿Por ejemplo?

Estar concentrado, el tema de la comunicación, hablar…

¿Tiene que hablar mucho un arquero?

Sí, mucha comunicación. El arquero es el que ve todo desde atrás y tiene que ordenar.

¿Vos naciste con eso o lo tuviste que trabajar?

No, tenía un problemita con eso, ja. ¡Era mudo! Por eso Chimi (Claudio Medina) me puso Bernardo, como el ayudante del Zorro, porque no hablaba, ja.

¿Y por qué sentís que te costaba?

Porque era medio tímido. Ahora ya me suelto más y agarré más confianza. Otro entrenador de arqueros que me ayudó mucho en ese tema, que vale la pena mencionar, fue Mauro Dobler.

¿Qué tres cosas debe tener un arquero?

Confianza, objetivos claros y…juego con los pies. Esto último ya es normal. De hecho en los entrenamientos ya hay ejercicios sólo dedicados a eso.

¿Hay algo que te cueste todavía?

No te sé decir si hay algo que me cueste, pero sí se puede perfeccionar en todo.


Oscar Conejo Pérez, que disputó 3 mundiales con la Selección de México, mide 1.72m. Frantisek Planicka, arquero checo que fue considerado de los mejores de la década de 1930, no pasaba los 172 centímetros. Además, dice la leyenda que atajó 45 minutos con la fractura de un brazo y clavícula sin recibir un gol, tras un choque con el brasileño Perácio en el mundial de 1938.
Jorge Campos, también mexicano, no supera el metro 74 y jugó 3 mundiales. El colombiano René Higuita fue ubicado como uno de los mejores porteros del mundo midiendo sólo 1.75m. Y, sin ir más lejos, Lucas Cháves se destaca en Argentinos Juniors y no llega a 1.80m. ¿La altura en un arquero es importante? Sí, pero no es excluyente. Un portero considerado “bajo”, puede lograr destacarse de igual forma.

“Ahora se fijan mucho en la altura, a veces dicen que 1.85m es bajo, ja”, señala Escobar, que mide 1.79 y no reniega de ello. “Me rompen los huevos con eso, pero trato de compensarlo con la fuerza de piernas. Y también entra mi juego con los pies, para intentar sacar un poco de ventaja con eso”, advierte Federico.

Trata de no pensar en el tema de la estatura y en si lo puede perjudicar a futuro, aunque a veces analiza su rendimiento en base a eso: “Puede ser que alguna u otra pelota que no llegué, que ponele que la toqué y entró igual, en el fastidio piense ‘si fuera más alto, la sacaba’. Pero no le doy mucha bola a la altura, sé que en los partidos lo puedo hacer bien igual”.

¿Cómo fue el paso a Primera?

Una linda experiencia. Algo único, un sueño. Lo disfruté mucho.

¿Cómo te recibieron?

Muy bien, te das cuenta que es un lindo grupo, muy unido. También te empiezan a joder mucho, ja.

¿Se genera una relación especial con los otros arqueros, sobre todo porque por momentos se entrenan solos?

Sí, puede ser. Al principio me daba un poco de vergüenza hablar pero son unos genios los chabones. Estaban Arias, Javi García y Chiqui (Gastón Gómez). A Javi lo miro mucho por cómo le pega. Bah, miro a todos igual.

Y de Arias…¿qué te gustaría tener de él?

¡La altura! Ja -bromea rápidamente el juvenil-. La verdad es que me siento bien con mis condiciones.

¿Hay mucha diferencia entre inferiores/Reserva y la Primera?

Sí, la verdad que sí. Son muy precisos en los controles. Vos capaz que das un pase mal y ellos te lo acomodan con un buen control. Lo hacen muy fácil. Después es muy intenso.

¿Te gusta mirar fútbol?

No miro mucho la verdad. Por ahí los partidos importantes, Champions y eso…

Hay arqueros que patean penales, ¿a vos te gusta?

Sí, me encanta, ja. También rompo los huevos para patear tiros libres pero a veces me sacan cagando. Igualmente, el entrenarlo también te ayuda para ver como piensa un pateador.

¿Pateaste alguna vez?

No, nunca.

¿Y penales?

Sí, uno solo. Durante el partido.

¿Cómo fue?

Había terminado el primer tiempo e íbamos ganando 1 a 0. Entonces lo agarro a Chucky (Alexis Cuello) y le digo medio en joda que, si había un penal, me dejara patearlo. “Sí, dale”, me contestó. ¡Lo que menos pensé es que iba a haber un penal! Íbamos 1 a 1, minuto 46 y… ¡penal! La agarro el Tanque (Facundo Espósito), Chucky se la sacó y me llamó. ¡Me quería matar, no sabía qué hacer! Y bueno, tuve que ir, no me quedaba otra. Abrí el pie, el arquero adivinó pero entró arriba. Así que no pateo más, estoy invicto, ja.

La última, ¿te imaginás debutando en Racing?

Sí, siempre. Lo pienso todos los días. Pero hay que tener tranquilidad y ser paciente. Más a esta edad, porque cuanto más arriba estás, más difícil se hace. Y hay que ser fuerte de la cabeza.

 

Por Gonzalo Cardozo y Matías Petrone.

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