Fútbol femenino: historia, tácticas y métodos para construir un Racing competitivo

Fútbol femenino: historia, tácticas y métodos para construir un Racing competitivo

En tres años de trabajo el fútbol femenino de Racing creció a pasos agigantados. Así se construyó el proyecto de la disciplina, que hoy tiene como objetivo primordial la formación de futbolistas. Fotos: @HistoricasRC

– ¿Para vos cuánta gente viene?
– Y… mil quinientas – respondió Antonio Spinelli, entrenador del equipo de fútbol femenino de Racing.  El diálogo tiene lugar en el comedor del predio Tita Mattiussi y se da durante el almuerzo previo al partido ante Villa San Carlos, el primero por los puntos en el Cilindro.

Jugar en el Cilindro era todo un simbolismo. Era como ganarle por goleada a la invisibilización de siempre. Un premio a la lucha de tantas por el derecho a jugar de tantas más.

– Para mi pueden llegar a venir dos mil, eh – avisó una jugadora del plantel.

– Yo creo que vienen tres mil – aseguró otra.

– Pff, ¡ojalá vengan tres mil! -, deseó el entrenador.

Fueron cinco mil personas, incluidos dirigentes y jugadores del plantel profesional masculino con sus familias, como Gabriel Arias y Walter Montoya. Racing ganó 2 a 1, con goles de Belén Spenig y Micaela Adorno. La hinchada no paró de alentar y al término del partido ovacionó a las jugadoras, como para verificar que sí valió la pena tanta lucha. Y que sí valió la pena transitar el camino que eligió Racing en febrero de 2017, cuando volvió a desarrollarse la actividad tras quince años de espera.

  • Origen, preparación y primeros entrenamientos:

En los primeros días de 2017  Víctor Blanco viajó a Europa para formar parte de un congreso de la FIFA. Al volver, una de las primeras cosas que le dijo al resto de los integrantes de la comisión directiva fue: “Hay que meterle al fútbol femenino, se viene con todo”. Racing necesitaba un proyecto para empezar a desarrollar la actividad de cero. Ignacio Santos – responsable de los deportes amateur- estuvo a cargo de la tarea. Lo primero era definir un entrenador y Santos tenía un solo apuntado: Antonio Spinelli. “Tenía una buena experiencia como formador en el ascenso masculino, me dieron muy buenas referencias y me encanta su forma de sentir el fútbol”, explica tres años después de aquella decisión. La primera respuesta que obtuvo fue negativa, porque el Tano, como se lo conoce en Racing y en todos lados, no se sentía preparado. “Es un mundo diferente, yo tenía experiencia pero no en femenino. Me insistieron y me terminé convenciendo, sobre todo por la idea de arrancar el proyecto de cero. Es algo que no te va a pasar nunca como entrenador: tener la posibilidad de elegir la totalidad de un plantel en función del estilo de juego que vos sentís como propio”, recuerda el Tano.

Entre el día en que el Tano aceptó la propuesta y el comienzo de las actividades hubo dos meses de preparación. Hizo una especie de ciclo de entrevistas, en el que se juntó con dos psicólogas, una socióloga y varios entrenadores de fútbol femenino para resolver algunas dudas y anticiparse a lo que podía llegar a encontrarse en marzo, cuando arrancaría el trabajo en Racing y se pondría por primera vez en su carrera al frente de un grupo de mujeres. “Yo en ese momento sabía de fútbol femenino lo mismo que podés saber vos, incluso menos. Necesitaba saber en qué mundo me iba a sumergir”, explica el Tano sobre aquellos días. Además, recurrió a la plataforma de TyC Sports Play para nutrirse de entre 20 y 30 partidos completos del torneo que se estaba disputando en ese momento, para detectar las principales características de la liga y conocer a las jugadoras.

Las pruebas en el Tita empezaron en marzo de 2017 y el entrenador reconoció enseguida una carencia en común entre todas las chicas que se presentaron: no había formación. Llegaban con lo que podían haber aprendido jugando en el barrio, casi siempre con varones y sin conocer una cancha de 11. Entonces, el nivel técnico y táctico estaba lejos de lo requerido, porque no estaba entrenado. “La mayoría eran chicas hinchas de Racing de entre 20 y 30 años, muy pocas tenían experiencia en clubes de AFA”, explica el entrenador. Se seleccionaron 25 jugadoras entre las aproximadas 150 que se acercaron en cuatro jornadas de pruebas diferentes, que comenzaron a entrenar tres veces por semana en el Tita aún sin saber si iban a formar parte del proyecto, porque seguían bajo evaluación. La Academia contó con una ventaja en el calendario: ya que el torneo arrancaba en agosto, el equipo tuvo seis meses para preparase con amistosos y Spinelli pudo analizar jugadoras de clubes de AFA pensando en la posibilidad de hacer algunos fichajes.

 

 

Florencia Romero, marcadora central, fue la primera jugadora fichada por Racing, hoy capitana del equipo. Llegó con 32 años desde UAI Urquiza, uno de los gigantes del fútbol femenino por plantel y estructura, para cumplir el sueño de jugar en Racing, club del que es hincha. “¿Qué hacés acá?” fue lo primero que le dijo Spinelli, sin poder creer que una jugadora de esa talla quisiera formar parte de un proyecto que arrancaba desde cero. No fue la única que se sumó por amor: Giselle Insaurralde llegó desde Independiente, Agustina Antico desde El Porvenir y Mariana Laviña hizo lo propio desde Huracán. La característica en común que buscaba el Tano para los fichajes en todas las posiciones era la experiencia. Hoy el entrenador sostiene que el punto más fuerte del equipo que logró el ascenso a la primera categoría del fútbol femenino fue su línea de cuatro defensoras, que reunía a las ex Boca Antico y Faustino, a la capitana Romero de un extenso paso por la UAI y a Celeste Barbitta que había jugado dos Mundiales y un Juego Olímpico con la Selección Argentina. Además, el fichaje de Estefanía Piazza, con muchos partidos jugados en la UAI y con un breve paso por Platense, jerarquizó el mediocampo.

En las primeras prácticas el entrenador comenzó a bajar una línea de lo que quería ver en la cancha. Tenía la sensación de que había encontrado en sus jugadoras material para desarrollar una idea de juego ofensiva, con iniciación y mucha posesión de pelota. Celeste Barbitta, la jugadora más experimentada del equipo le dijo: “Tano, este entrenamiento jamás lo hice”. “No se si la metodología de trabajo es buena o mala, efectiva o no. Es la mía y la implementaría en cualquier club. Es lo que creo que necesito para desarrollar mi idea de juego”, explica Spinelli. La forma de trabajar tiene algunas bases fácilmente reconocibles. Los ejercicios deben representar situaciones reales de juego y su complejidad aumenta progresivamente; es decir, se le introducen elementos que le añaden dificultades a la jugadora para cumplir el objetivo, como puede ser un rival más, una restricción de toques, una reducción del espacios para actuar. Lo mismo pasa con la intensidad, una característica en la que hubo que trabajar mucho. Uno de los principios de juego que pretendía el entrenador para el equipo estaba fallando: las jugadoras no aguantaban el ritmo de una presión intermedia (en tres cuartos de cancha) por más de 15 o 20 minutos. Ahí fueron clave el profe Paleta en primera instancia y luego Ezequiel Martínez, que lo reemplazó al poco tiempo, que perfeccionaron el físico de las futbolistas.

  • Tácticas, método de fichajes y videoanálisis

La historia de los resultados es más conocida. En el torneo que significó la vuelta a la competencia, después de 15 años, Racing se hizo con el tercer ascenso tras la recordadísima final del reducido ante Real Pilar. Sacó 82 puntos sobre 102 disponibles y regresó a la máxima categoría del fútbol femenino. Tácticamente fue un torneo lleno de aprendizajes para las jugadoras, pero mucho más para Antonio Spinelli, que en su primera experiencia en fútbol femenino tuvo que variar permanentemente de nombres y sistemas para que su idea fluya. El equipo arrancó formando con un 4-4-2, que en realidad era más un 4-2-4. Pepi Piazza, volante externa, jugaba por derecha, a pierna cambiada, para facilitarle la maniobra de enganchar hacia adentro y buscar el arco. Con ese sistema, Racing generaba situaciones de peligro, pero los rivales lo complicaban con mediocampos superpoblados, fricción y muchas disputas de segunda pelota. Un cachetazo contra Independiente en la fecha 7, goleada en contra por 4 a 0, generó que el entrenador pateé el tablero. El equipo comenzó a pararse 4-3-1-2, con triple cinco y Pepi reconvertida como enganche, con mucha llegada al área y tiro de media distancia que más de una vez sirvió para abrir partidos trabados (fue la goleadora del equipo con 18 tantos). Más adelante, ante la falta de una delantera de área pero con un nivel brillante de Brisa Campos (1,59), terminó adoptando un 4-2-3-1 con una especie de falsa punta, sistema que acompañó al equipo hasta el final del campeonato.

 

 

El fútbol femenino de Racing no tiene Secretaría Técnica ni mánager, pero eso no quiere decir que no se haya hecho un trabajo de scouting. Sin los recursos técnicos con los que cuenta la oficina subterránea de Diego Milito en el Cilindro de Avellaneda y con escaso material en video, ya que Crónica transmitía menos partidos de los que se transmiten hoy, el Tano Spinelli construyó su propia base de datos de una forma clásica y artesanal: si Racing jugaba un sábado, el domingo iba a ver algún partido de primera para observar jugadoras. Para debutar en primera división, llegaron 12 jugadoras entre las que se destacan la arquera Débora Erra (Morón), la defensora Milagros Menna (Lanús), la enganche Yohanna Gallioti (Boca) y la delantera Karina Merlo. Además, el entrenador de Racing tiene un método particular para los fichajes: las jugadoras que llegan, entrenan dos semanas a prueba en el club. Si no se adaptan al grupo, desde lo humano, no ficha. «Se lo copié a un amigo que trabaja en Italia, sirve para reducir el margen de error», explica Spinelli. Además, cuenta que hubo una jugadora que en 2018 no pasó el filtro y su fichaje se canceló. En ese torneo, Racing terminó puntero de la Zona A, a la par del equipo de Coudet que también marchaba puntero y terminaría siendo campeón. Ganó nueve partidos, empató uno y perdió uno más. Clasificó a la zona campeonato, pero algunas lesiones y la falta de experiencia pesaron y la Academia solo pudo ganar 2 partidos de 14 disputados. El sistema favorito durante el torneo fue el 4-3-1-2, el que mejor se amoldaba al talento de Yoko Gallioti, una volante de muy buena técnica a la que Spinelli le gusta usar como enganche.

“A las jugadoras que pudimos traer las seducimos con el proyecto deportivo además del escudo”, dice Spinelli. Para el primer torneo profesional de la historia del fútbol femenino, Racing se pudo dar algunos lujos a la hora de incorporar. Llegaron las mundialistas Milagros Ménedez y Natalie Juncos; ambas arreglaron sus incorporaciones antes de viajar a Francia para disputar la Copa del Mundo y mantuvieron un diálogo permanente por Whatsapp con el entrenador de Racing. Les mandaba videos, les comentaba lo que veía en los partidos de Argentina, les marcaba errores. Y cuando fueron a entrenar al Tita por primera vez, luego de participar también de los Juegos Panamericanos de Lima, antes de saltar a la cancha tuvieron que pasar por la sala de video-análisis, ubicada arriba del vestuario. Ahí, el Tano les mostró videos de Racing, exponiendo lo que pretendía del equipo y cómo debían encajar ellas. Además, les mostró videos individuales con correcciones puntuales. Milagros tenía la costumbre de presionar con desplazamientos en diagonal y cometía muchas infracciones llegando de costado a marcar a la jugadora rival, pero en Racing iba a tener que aprender a presionar de frente. A Natalie le explicó que iba a arrancar jugando de extremo, más abierta que en la Selección y con otras conductas. Milagros Otazú, que participó del proceso de Selección pero no fue convocada al Mundial, también pasó por una sesión de video larga. La lateral derecha de la UAI no solía pasar de la mitad de la cancha, en ataque era solo un apoyo. El entrenador le dijo que iba a tener que llegar hasta el fondo. “A mi me encanta llegar al área, de chica jugaba de delantera”, contestó la jugadora que antes de llegar a Racing no había marcado goles y hoy ya tiene cinco. “Yo creía que ella tenía las características para ser una lateral ofensiva, son cosas que si no ves en videos te las perdés”, cuenta Spinelli.

Una vez por semana el plantel de Racing tiene una sesión de videoanálisis que dura entre 15 y 20 minutos. Se repasan los partidos propios para corregir errores, pero también se muestran videos del rival del fin de semana. “A las jugadoras les damos clases de táctica porque necesitamos que entiendan el juego”, explica el entrenador. También hay sesiones individuales, como por ejemplo cuando Milagros Menéndez le dijo al entrenador que se sentía sola jugando en el 4-2-3-1. Le mostraron un video con jugadas del Inter de Mourinho y del Real Madrid de Ancelloti, para que graficar como los extremos y los volantes abastecían a Diego Milito y Karim Benzema, respectivamente. También gracias al videoanálisis, el entrenador tomó la decisión de cambiar el esquema a mediados del último torneo. Pasó del 4-2-3-1 a un 3-5-2, que se adaptaba mejor a las características de las jugadoras. La ex Platense Spenig sería la compañera de ataque de Milagros, Juncos pasaría a jugar de volante interior (donde se sentía más cómoda y se lo había hecho saber al entrenador) y con una marcadora central más Otazú iba a tener más libertades para hacer toda la banda y hasta pisar el área. Anteriormente, el equipo solía pararse 3-5-2 en situaciones de apremio, cuando estaba abajo en el marcador y tenía que ir a buscar un resultado. Ante Huracán, en la fecha 7, el nuevo esquema salió de entrada y el equipo goleó 6 a 1. Desde aquel partido no cambió y el 3-5-2 acompañó a las chicas hasta la clasificación a la Zona Campeonato en la séptima posición de la tabla.

  • Formación integral de la futbolista:

Los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas en el último torneo, suspendido por la pandemia. Es cierto que aún faltaba una rueda y el cuerpo técnico tiene la sensación de que el equipo iba a poder escalar más posiciones en la tabla, pero en lo que llegó a disputar se esperaba una mayor cantidad de puntos, sobre todo por la calidad del plantel que se pudo armar. Sin embargo, la última temporada tuvo un valor especial y se destaca entre las demás en las que compitió, porque se empezaron a ver los frutos de una cantera integrada por las categorías sub-14, sub-16 y sub-20 (reserva), integradas por futbolistas captadas en pruebas, en las que hasta se pudieron fichar a dos chicas provenientes de Villa Regina, Río Negro. Los dos planteles menores, dirigidos por el Tano Spinelli, participaron de la Liga de Desarrollo y la sub-16 se consagró campeona, lo que le permitió jugar la Liga Desarrollo Evolución de Conmebol en Paraguay, una especie de Copa Libertadores que se juega entre los mejores equipos del continente. Pepi Piazza, que es profesora de Educación Física recibida, trabaja como preparadora física de las juveniles. La jugadora que mete los goles los fines de semana entrena a las más chicas y de alguna forma les transmite dos elementos con los que ella nunca contó a esas edades: primero, un espacio para formarse técnica, táctica y físicamente con especificidad en el deporte; y segundo, una referencia, alguien a quien admirar, un deseo de ser como.

 

 

Pero la formación que propone Racing no se queda encerrada dentro de las líneas de cal. El entrenador encontró en la llegada de Julián Scher como gerente deportivo del equipo una forma de motorizar el proyecto de formación integral con el que soñaba. Julián se encarga de gestionar acuerdos con diferentes entidades que puedan poner al alcance de las jugadoras herramientas para apuntar a un crecimiento humano desde la educación. Se sellaron acuerdos con el Centro Universitario de Idiomas (CUI), con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con la cooperativa de comunicación La Vaca, con la escuela de comunicación ETER y con la UCES. Gracias a estos convenios, las jugadoras del plantel de Racing pueden estudiar idiomas, hacer cursos de Commnity Mánager o fotoperiodismo, por ejemplo. Además, recientemente Racing puso a disposición de las futbolistas un curso de videoanálisis a cargo de los integrantes de la Secretaría Técnica de fútbol masculino y se está trabajando con la Fundación El Futbolista para que todas las jugadoras terminen el secundario. “Las jugadoras más inteligentes son las que toman las mejores decisiones en el campo de juego, es todo ganancia”, dice Spinelli, que además cuenta que el año pasado dejó afuera del Clásico contra Independiente a una jugadora por tener materias bajas en el colegio, postura que hoy mantiene con las más chicas. “La formación integral de la persona está por encima de la de la futbolista”, escribió el entrenador hace algunos meses en Twitter cuando se anunciaron los acuerdos.

Que el crecimiento del fútbol femenino de Racing se haya dado a los trancazos no quiere decir que las condiciones sean las ideales. El Predio Tita está colapsado de actividades y los días de entrenamiento por semana no son suficientes, por lo menos para las juveniles (la reserva entrena tres días y las juveniles dos). Además, a Antonio Spinelli también le gustaría sumar a una persona más a la estructura de la disciplina, que sea su ayudante de campo en primera y dirija técnicamente a la reserva. Sin embargo, el proyecto deportivo y el ambiente en el que se convive invita a creer en un futuro en el que Racing pueda hacerse un lugar entre los grandes del fútbol femenino, detrás de Boca, River y UAI Urquiza. Para las futbolistas es una caricia que los directivos las vayan a ver jugar o que los jugadores de la primera realicen entrenamientos en conjunto (Chelo Díaz y Matías Rojas entrenaron con las chicas). Se sienten valoradas. Cuando Yoko Gallioti se lesionó el hombro en un partido y tuvo que ser trasladada a una clínica, Daniel García (Dirigente a cargo del área de Deportes) la acompañó y esperó a que la atiendan. Al entrenamiento siguiente, la ex Boca le dijo al entrenador: “Esto nunca me había pasado, en ningún club”. Los 14 contratos firmados en agosto de 2019 vencen el próximo 30 de junio. Está claro que el propósito a corto plazo es lograr mantener un equipo competitivo, pero el entrenador de la Academia también se permite pensar más allá: “El objetivo es que el día de mañana Racing juegue en Primera División con la mayor cantidad de jugadoras surgidas genuinamente en el club posible”.

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