VICTORIA FRENTE A ATLÉTICO TUCUMÁN

VICTORIA FRENTE A ATLÉTICO TUCUMÁN

Le ganó 2-0 a Atlético Tucumán con dominio pleno durante todo el partido, llegó a la segunda posición de la LPF, mantiene las chances por el título y se aseguró un objetivo trazado a principios de año: la clasificación -anticipada- a la Copa Conmebol Libertadores 2023.

Fue con estilo dominante, como corresponde a un equipo que sostiene en alto sus pretensiones. Y así es: a tres fechas del cierre de la LPF, Racing está segundo con la firmeza en sus convicciones de aspirar al campeonato. Y ya alcanzó uno de sus objetivos: se convirtió en el primer clasificado a la Copa Conmebol Libertadores por la tabla general (Boca ya lo había logrado con la Copa de la Liga).

Racing redujo a un rival duro y experto en el orden, el despliegue y la réplica veloz a una mínima expresión. Atlético Tucumán, otro que también sueña al festejo final,  en poco se pareció a ese conjunto capaz de exigir y llevar al límite al rival más severo. Y no fue por defección propia, sino por vigencia de los atributos que Racing expuso sin fisuras. Porque salvo en dos ocasiones aisladas (una maniobra de contra de Coronel que terminó con un remate desviado y un cabezazo de Bianchi en el travesaño), la generación y concreción estuvo de un único lado.

El gol prematuro, esta vez y a diferencia de las dos presentaciones anteriores, funcionó como tenía que funcionar: a los 4 minutos Racing ya estaba en ventaja con la intercepción de Copetti al pase corto de Lampe y la definición al arco libre. Y el equipo de Fernando Gago marcó el modo en que debía jugarse el partido. Con control y circulación, con asociaciones mediante pases en cadena y llegadas profundas con un ataque ancho y con desequilibrio, sobre todo con lo que provocaba Carbonero por izquierda. El 2-0 se demoró por intervención del VAR (se anuló el festejo de Carbonero al juzgar que Sigali, en el cambio de frente de Rojas, había intentado participar de la maniobra en posición adelantada), pero llegó poco antes del cierre de la primera parte con compensación: a través de una creación de Mena, en diagonal y pared con Copetti más una definición estupenda de zurda.

El 2-0 fue un saldo mínimo a juzgar por la acumulación de ocasiones, que no cedió en el segundo período y con Carbonero, otra vez, como factor para vulnerar. El colombiano fue capaz de la autogestación y, también, de participar con frecuencia en los movimientos colectivos. Esa sincronización no dejó línea sin abarcar, con defensa sin grietas y aptitud para el primer eslabón, mediocampo ágil y lúcido para elegir el pase adecuado y un zona de ataque que no se redujo a lo posicional.

Racing, con un campeonato cuyo desenlace ya se vislumbra, no resigna protagonismo. Y le queda muy bien.

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